La Educación para la Solidaridad se configura en nuestro Centro en torno a tres propuestas educativas:

1) Creación de un ambiente pro-social, que favorezca el descubrimiento y la vivencia de valores relacionados con la solidaridad (encuentro interpersonal, respeto, tolerancia, sensibilidad social, empatía…). Esta propuesta depende esencialmente de las relaciones interpersonales (profesores-profesores, profesores-padres, alumnos-profesores, alumnos-alumnos), pero también de la organización del centro.

2) Elaboración de una programación de aula pro-social, que compagine la adquisición de conocimientos y habilidades, con el desarrollo de competencias sociales y que se aproveche de todos los instrumentos del centro (PATV, asignaturas pro-sociales, proyectos de acercamiento a la realidad social del entorno, campañas de solidaridad). En esta propuesta hay que prestar especial atención a dos grupos humanos: 

  • Profesorado: que ha de ser sensible a las realidades del entono (especialmente a las de necesidad) y ha de estar suficientemente formado para abordar el crecimiento de sus alumnos en la dimensión solidaria.
  • Alumnado: al que habrán de adaptarse pedagógicamente las propuestas de educación social y al que habrá de ofrecerse experiencias vitales que ayuden a asumir los valores y actitudes solidarios.

3) Participación en acciones y proyectos solidarios, que determinen la proyección de la escuela más allá de sus muros y la implicación de los alumnos en realidades sociales. Esta tercera propuesta es muy importante para provocar experiencias en los alumnos y acompañar el mensaje de “cambio social”.

Líneas de actuación

Las tres propuestas educativas requieren de unas actuaciones específicas para los distintos destinatarios del Plan.

1) Programación/Evaluación de la Educación Social para que, lejos de proponer iniciativas puntuales, improvisadas, desconectadas de la realidad colegial, garantice el proceso de crecimiento integral de los alumnos en la dimensión social-solidaria.

2) Dinamización de Estructuras Colegiales de Solidaridad.

3) Formación de profesores, que comienza en la sensibilización personal y termina en la capacitación para promover la competencia social entre sus alumnos.

4) Formación de alumnos, con objeto de educar la sensibilidad social, la capacidad crítica y el compromiso en el entorno cercano.

5) Enfoque de las campañas y dinamización de las mismas, de tal manera que se huya del asistencialismo y se promueva la promoción humana y comunitaria de los grupos a los que se pretende atender, así como la defensa de sus derechos y el reconocimiento de su dignidad…

6) Iniciación al Voluntariado Social y/o Compromiso Cristiano, que ofrezca a los alumnos la posibilidad de conocer e implicarse en determinadas realidades, siendo acompañados por agentes colegiales.

7) Apertura al entorno, no solo para proyectar la acción social hacia fuera del colegio, sino para dejar que la realidad cuestione y comprometa al propio centro.

8) Sensibilización de las familias e invitación al compromiso, ya sea por medio de sus propios hijos o a través de plataformas específicas (AMPA, Escuelas de Padres, Fraternidades).

9) Colaboración con otras realidades maristas, ya sean obras sociales no escolares u obras en países de misión.